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Deer Food Habits Through the Seasons

Hábitos alimentarios de los ciervos a lo largo de las estaciones

“El bosque tiene todas las respuestas si sabes hacer las preguntas correctas”. Las palabras del legendario cazador de tigres Jim Corbett reflejan una verdad simple pero esencial: una caza exitosa va más allá de apuntar y apretar el gatillo; la mitad de la caza consiste en saber si tu presa estará y dónde estará, y esto exige comprenderla. Para los cazadores de venados de cola blanca, conocer los hábitos alimenticios estacionales de los ciervos puede marcar la diferencia. Al saber qué comen los ciervos en diferentes épocas del año, puedes anticipar dónde estarán y planificar tus cacerías con mayor eficacia.

Los ciervos son recolectores adaptables, que ajustan constantemente su alimentación a medida que cambian las fuentes de alimento. Esta adaptabilidad es lo que les permite prosperar durante los cambios de estación y es una de las razones principales por las que cazarlos es tan difícil. A diferencia de los animales con una dieta fija, los ciervos no se quedan en una zona todo el año; se desplazan hacia donde hay alimento. En primavera y verano, pueden sentirse atraídos por los campos de pastos verdes y hierbas frondosas, mientras que en otoño, se dirigen a los robledales en busca de bellotas. Para el invierno, dependen de la ramoneo leñoso y de cualquier resto de cultivo que encuentren. Para los cazadores, saber cómo adaptan su dieta los ciervos a la estación significa predecir sus movimientos, determinar los mejores lugares para cazar y aumentar las posibilidades de encontrar un ciervo digno de un trofeo.

En primavera, los ciervos recurren al fresco crecimiento verde que surge tras un largo invierno, alimentándose abundantemente de ramoneo y herbáceas. El ramoneo se compone de ramitas, brotes y hojas de plantas leñosas como arbustos y árboles jóvenes, mientras que las herbáceas (plantas de hoja ancha como el trébol y las flores silvestres) crecen en abundancia con las lluvias primaverales. Ambos tipos de plantas aportan los nutrientes que los ciervos necesitan para reponer energías tras los meses de escasez.

Para el verano, los ciervos amplían su dieta. Las herbáceas siguen siendo una opción predilecta, pero se incorporan pastos al menú, proporcionando una nutrición fácil de digerir en los meses más cálidos. Los campos abiertos y las zonas verdes de forraje se convierten en lugares privilegiados para la alimentación, lo que los convierte en lugares ideales para instalar cámaras de rastreo. Vigilar las parcelas de trébol o los campos de hierba puede dar a los cazadores una buena idea de dónde pasan el tiempo los ciervos.

El otoño marca el cambio hacia uno de los alimentos más calóricos de los ciervos: el mástil. Las bellotas, en particular, son esenciales, ya que ayudan a los ciervos a acumular reservas de grasa para el invierno. Los robledales se convierten en zonas de alta demanda, ya que los ciervos se centran en las bellotas para abastecerse de energía. Para los cazadores, explorar las zonas ricas en robles durante esta temporada es una forma comprobada de encontrar ciervos en plena alimentación.

El invierno trae consigo las condiciones más duras, y la dieta de los ciervos se adapta a la escasez. Con la escasez de hierbas y pastos prácticamente desaparecida, regresan a ramonear en los bosques y a buscar bellotas sobrantes. En zonas cercanas a las tierras de cultivo, los ciervos pueden buscar restos de cultivos como maíz y soja en los campos. Algunos cazadores incluso preparan piensos suplementarios para ayudarlos a sobrellevar estos meses de escasez. Concéntrese en zonas boscosas o campos agrícolas con residuos de cosecha, donde es más probable que se reúnan los ciervos.

Para los cazadores, aplicar este conocimiento de forma práctica significa adaptar la exploración y la ubicación de los puestos a la temporada. En primavera y verano, instalar cámaras de rastreo cerca de campos verdes, parcelas de trébol y zonas con sotobosque denso puede revelar los patrones de movimiento de los ciervos con antelación. Al observar dónde se alimentan, se pueden identificar posibles senderos y zonas de descanso. En otoño, centre su atención en los robledales y los bosques de frondosas, donde es probable que los ciervos se alimenten de bellotas, instalando puestos a lo largo de los senderos que conducen a estas zonas. En invierno, busque zonas de ramoneo, especialmente cerca de una vegetación espesa o campos agrícolas con restos de cosecha. Cuando escasean las fuentes de alimento, los ciervos se vuelven más predecibles, por lo que centrarse en estos lugares puede mejorar considerablemente sus probabilidades de cazar.

Cuando finalmente llegue el momento, y hayas rastreado los movimientos de los ciervos hasta el punto perfecto, todo dependerá de tu precisión al disparar. Ahí es donde una emboscada o un trípode Kopfjäger pueden marcar la diferencia. Ya sea que estés apostado junto a un robledal en otoño o en un escondite cerca de un comedero invernal, una plataforma estable mantiene tu puntería firme, minimizando la posibilidad de perder una oportunidad. Con un Kopfjäger, ese disparo tan esperado obtiene la precisión que merece, lo que ayuda a garantizar que tu arduo trabajo de exploración y planificación dé sus frutos.

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